Me autocuido autoregalándome: paciencia

Me autocuido autoregalándome: paciencia

Vivimos en la era de la inmediatez, de no saber esperar y de quererlo todo ya. Hace décadas, una vida más calmada nos permitía ver crecer un limonero o disfrutar de un simple cortejo a base de cartas escritas a mano, sin ir a la velocidad de la luz.

Ahora, consumimos todo tan rápido que no nos damos tiempo ni permiso para saborear los pequeños detalles y cuando no aparece el resultado que buscamos nos enfrentamos a una dura lección: gestionar la frustración de no ver un resultado rápidamente.

Las cosas siempre llegan y alguien que recuerda y ha vivido, el tránsito de una vida calmada, a una vida tecnológica, sabe que, a base de perseverancia, de acciones y de saber esperar los frutos llegan en el año y la estación correcta.

La sociedad ha olvidado que antes existieron tiempos donde esos pasos más lentos permitieron que muchas construcciones se desarrollaran fuertes porque sus pilares y pasos, fueron sólidos y saboreados.

No te dejes arrastrar y construye tu reino, con paciencia. Sin prisa pero sin pausa. 

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