Quien tiene clara su meta, no se distrae, porque no tiene ojos para otra cosa.
En el momento que miras hacia otro lado, es cuando surgen las dudas. La claridad, es lo que te da la seguridad, de que pase lo que pase a tu alrededor, no te tambaleas y te hace avanzar firmemente hacia tus objetivos.
Por eso, yo siempre avanzo, con pies de plomo. Es lo único, que me sostiene ante retos, desafíos o piedras que frenan temporalmente, mi ritmo.
¡No pierdas jamás de vista, ni tu estrella, ni tu meta! ¡Sigue caminando con claridad!