Autocuidado: Un timón no se le da a cualquiera

Autocuidado: Un timón no se le da a cualquiera

¡Vamos Capitán! ¡Creo que no saben con quién están hablando! Estar al mando de un barco y de un proyecto solo se da en aquel o aquella con la fuerza interna de un huracán para poder sostenerlo. En definitiva, para quien puede soportar su presión.

El timón llega a quien por inercia y atracción tiene esas habilidades. A un músico le puede llegar un piano y un profesor y a un futbolista, un balón y un entrenador…

El timón además, te enseña tu fuerza vital, tu firmeza pase lo que pase, tu voluntad, tu decisión de cuidarse mucho tanto por ti como por la tripulación, y a saber que que ellos confían en ti y tú en ellos. También pone a prueba tu sostenibilidad porque tendrás que dominar tus pasiones en medio de las tormentas, ya que una pasión sin límites puede llevarte a tu lado más oscuro. El timón te pondrá a prueba muchas veces a través de miles de mareas.

También, te hace sentir gratitud, porque entre tanto vaivén, dispones de una intuición muy especial, tu vigía, ella es la que hace que no pierdas el norte y te enseña mucha astronomía para leer las estrellas cada noche y así no perderte, nunca.

¡Vamos Capitán! Sabes quien eres, no hay más que hablar… ¡Mantén el rumbo!  

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