Si eres exigente e inconformista, enhorabuena. Déjame decirte que antes o después, atraerás espíritus afines que verán en ti, más belleza de la que tu puedes observar. Serán como esos «personal shopper» que no van a cambiarte, sino a potenciar tu joya oculta y la favorecerán para sacarle su máximo esplendor. Realmente, podemos ser pulidos en cualquier momento de la vida, pero solo pasa cuando te haces la pregunta correcta: ¿Me conformo con ser un diamante en bruto o decido pulirlo para ver qué belleza hay oculta?
Cuando era pequeña, me encantaba la película de dibujos de Blancanieves. Sobre todo el momento donde los enanitos, cantaban y se adentraban en el corazón de la montaña, en la oscuridad de las minas, con un farolillo y encontraban las más preciosas piedras. Quizás, fue la antesala de una idea que detonó en mi mente de la siguiente manera: «Hay cosas ocultas tremendamente extraordinarias a simple vista, por la gran distracción diaria de un estrés innecesario, que, si las busco y las pulo, las haré brillar. Pero para eso, debo trabajar la visión nocturna, solo así veré las oportunidades entre tanto malestar colectivo.»
En nuestra mano está decidir con qué nos conformamos. Yo no me voy de este mundo sin ver lo que hay debajo y eso solo se consigue con el desarrollo de uno mismo, con el autoconocimiento y con el deseo de ser mejor cada día.
Pule ese diamante que tienes por favor. Sería una pena que el corazón de la montaña solo se quedara ahí, dentro.