Sostener la incomodidad no es sencillo, es una de las primeras sensaciones que surgen para hacerte ver que vas por buen camino, porque si la sientes es que hay algo en ti, que se ha plantado como una semilla y va a crecer. Te va a transformar.
Tendrás más fortuna, en la medida que estés dispuesto/a a evolucionar y eso implica, desafiarte y abrirte a la posibilidad de confiar en tus habilidades para gestionar los retos que vayan a surgir: trabajar la pereza, salir del sillón o de la cama, apagar las distracciones y aprender a concentrarte en lo importante.
Una ambición bien canalizada te ayuda a entender, que tengas la edad que tengas, sentir incomodidad es una bendición que se te otorga para avanzar un paso más a una mayor prosperidad, una más grande de la que tienes ya.
Cuando más crezcas, más abundancia atraerás y en un siglo donde Peter Pan, se ha hecho el amo y tirano de un infeliz comodidad, elegir bien será clave.
Muchos por no dejar el pasado atrás, no se dan la oportunidad de incomodarse, desafiarse y acceder a una nueva etapa donde hay muchos más regalos.
El precio: crecer y aprender a recibir esa nueva fortuna.
Y eso solo se da, ascendiendo.